Osgood-Schlatter en deportistas jóvenes (y no tan jóvenes)

Trinityycoach

9/22/20254 min read

Guía práctica para deportes multidireccionales y con saltos: síntomas, causas, ejercicios y progresión de cargas.

En esta entrega de RENDIMIENTO SIN MITOS, hablamos del síndrome de Osgood-Schlatter en deportistas jóvenes: qué es, por qué aparece en etapas de crecimiento, cómo reducir el dolor de rodilla sin parar de entrenar y qué progresión de fuerza y movilidad te permite volver a la pista sin recaídas.

“Jose, no sé qué le pasa a mi rodilla… pero cuando repito muchas veces el mismo movimiento o me paso de saltos, me empieza a doler de repente.”

Estas palabras me las dijo un deportista hace poco, durante la valoración inicial. Todo apuntaba a una “tendinitis” típica… hasta que algo no cuadraba: cada vez que entrenaba con intensidad, la molestia en su rodilla derecha volvía y con más fuerza.

La causa: síndrome de Osgood-Schlatter —una lesión tan común como subestimada.

¿Qué es el síndrome de Osgood-Schlatter?

Es una inflamación dolorosa en la tuberosidad tibial anterior, la zona donde el tendón rotuliano se inserta en la tibia. Suele aparecer entre los 10 y 15 años, cuando los huesos crecen más rápido que tendones y tejidos.

Si a eso le sumas deportes con saltos, sprints y cambios de dirección (baloncesto, fútbol, vóley), tienes la receta perfecta para que un dolor “puntual” se convierta en dolor de rodilla recurrente.

Síntomas frecuentes:

  • Dolor en la parte baja de la rodilla al saltar/correr/subir escaleras.

  • Sensibilidad y bulto doloroso en la tuberosidad tibial.

  • Molestia que aumenta con la carga y mejora con reposo relativo

Lo cuento desde un lado personal: también tengo Osgood-Schlatter en la rodilla izquierda, como secuela tras una cirugía de LCA. La gestión de cargas, fuerza excéntrica y la paciencia con el proceso marcan la diferencia. Pero eso da para otra edición.

¿Quieres que diseñe tu protocolo de retorno al salto y te ayude a eliminar el dolor de rodilla sin parar tu temporada?


Reserva tu asesoría individual y empezamos esta semana.

¿Por qué aparece?

No es “entrenar mal”. Es no adaptar la carga al momento de crecimiento.

  • Desfase crecimiento-tejidos: el hueso crece rápido; el tendón no siempre acompaña.

  • Descompensación fuerza-flexibilidad: el cuádriceps tira de su inserción y aumenta la tensión en la tuberosidad tibial.

  • Sobrecargas repetitivas sin progresión: saltos, sprints, cambios de ritmo sin semanas puente.

Tratamiento eficaz sin “parar tu vida”

No se trata de dejar de moverse. Se trata de ajustar y progresar con cabeza.

  1. Reposo inteligente (impacto controlado)

    • Evita impactos directos provisoriamente (carrera, saltos, pliometría).

    • Mantén actividad sin dolor: bici estática suave, remo ligero, caminatas.

  2. Frío local

    • 15–20 minutos, 2–3 veces al día (toalla entre piel y hielo).

  3. Fuerza excéntrica + isométricos del cuádriceps

    • Sentadilla lenta (3–5 s bajada), rango sin dolor.

    • Extensión isométrica del cuádriceps (empujar contra toalla, 5×30–45 s).

    • Puente de glúteo e isquios (control excéntrico).

    • Core anti-extensión (dead bug, plancha).

  4. Movilidad y flexibilidad

    • Cuádriceps (estiramiento en posición de caballero) y isquios.

    • Movilidad de tobillo (dorsiflexión) para mejorar patrones de sentadilla.

  5. Rodillera o vendaje funcional

    • Compresión ligera para reducir tensión local y permitir trabajo sin dolor.

Criterio sencillo de progreso: Si el dolor ≤ 3/10 durante y después, y no hay empeoramiento 24–48 h, puedes aumentar ligeramente la carga la semana siguiente.

Mini-protocolo de 4 semanas (orientativo)

Ajusta según tolerancia y criterio clínico. El objetivo es mantener estímulo y recuperar capacidad.

Semana 1–2 (descarga activa)

  • Bici suave 10–15’ + movilidad (tobillo/cadera).

  • Isométricos de cuádriceps 5×30–45 s (1–2/día).

  • Sentadilla excéntrica 3×8 con 3–5 s de bajada (sin dolor).

  • Puente de glúteo 3×12 controlado.

  • Estiramientos de cuádriceps e isquios 2×30–45 s.

Semana 3 (reintroducción de carga)

  • Añade zancada estática 3×8 por pierna (excéntrico lento).

  • Step-down bajo 3×6–8 (control postural).

  • Saltos muy bajos y suaves en superficie blanda: 2×8 si sin dolor.

Semana 4 (retorno progresivo al gesto)

  • Skips/mini-saltos 2×10.

  • Aceleraciones cortas 4×15–20 m (si tolera).

  • Pliometría baja 2×6 (cajón bajo).

  • Completa con fuerza excéntrica 2×/semana.

¿Cuándo volver a saltar con normalidad?

  • Dolor diario ≤ 2/10 y sin rebote al día siguiente.

  • Fuerza de cuádriceps simétrica sin dolor en tareas básicas.

  • Aterrizajes controlados (caída silenciosa, rodilla estable).

  • Has tolerado 2–3 semanas de entrenamiento progresivo sin reagudizaciones.

Prevención: lo simple que funciona

  • Planifica microciclos con equilibrio entre fuerza, movilidad y descanso.

  • Incrementos de salto < 10–15%/semana en jugadores en crecimiento.

  • Educación del dolor: parar a tiempo, adaptar, seguir trabajando lo que se puede.

Preguntas frecuentes

¿El Osgood-Schlatter se cura solo?
Suele mejorar al finalizar el pico de crecimiento, pero gestionar la carga y trabajar fuerza y movilidad acelera la mejora y evita cronificación.

¿Debo dejar el deporte?
No necesariamente. Evita impactos mientras mantienes fuerza y reintroduces el gesto de forma progresiva.

¿Sirve la rodillera para el tendón rotuliano?
Puede reducir la tensión local y permitir seguir entrenando sin dolor, como apoyo a la progresión de cargas.

¿Cuál es el mejor ejercicio?
No existe “el mejor”, pero los isométricos y la fuerza excéntrica del cuádriceps tienen gran evidencia en dolor patelofemoral y tendinopatías relacionadas.